Hebreos 11:6 dice, Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
La Fe es la que nos permite acercarnos y conocer a Dios.
La Fe es como el oxígeno al cuerpo, en nuestro espíritu es vital para que el espíritu viva, es el vehículo que nos conduce a la presencia de Dios poder disfrutar cada promesa y hacer visible lo que esperamos, lo que anhelamos y que hemos pedido conforme a la voluntad de Dios.
La Fe tiene la promesa para recibir premios a los que buscamos a Dios y creemos en Él.
El tema de la Fe es la sustancia, el fundamento central que los cristianos, sin fe no solo no podemos agradar a Dios, sin Fe no es posible disfrutar de la salvación por eso Efesios 2:8 dice Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloría. Salvación es poder disfrutar de la protección de Dios, su sanidad y su libertad.
La Fe constituye el fundamento de una vida espiritual sólida y es algo que viene de Dios, no de ningún esfuerzo humano; porque no hay nada que alguien pueda hacer para tener la Fe que solo Dios nos puede dar. Por eso debemos estar agradecidos cuando podemos creer en Dios y recibir cada una de sus promesas, por la misma Fe que el nos ha dado al recibir al Señor como nuestro Salvador .
Pero debemos estar conscientes que la Fe es probada, la palabra nos advierte de esta realidad espiritual. La Fe nos permite ver lo que no se ve con los sentidos y por eso es probada. Mientras recibes la promesa hay obstáculos y oposiciones donde se prueba la fe, y es aquí que es probada hasta obtener la victoria y el resultado que hemos esperado. Por eso 1 Pedro 1:7 dice para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
La comparación que hace Pablo de la Fe con el oro ilustra lo fuerte y lo poderoso que es la Fe. Y la prueba a que es sometida nuestra fe es descrita como una prueba que hace de la Fe algo más precioso que el oro.
El oro, aunque es un metal muy valioso, es perecedero y puede ser destruido por el fuego. La Fe, por otro lado, no es perecedera y no puede ser destruida por el fuego. La Fe siempre permanece.
Cuando nuestra fe es sometida a prueba, es una oportunidad para nosotros de demostrar nuestra confianza y dependencia en Dios. Es fácil tener fe cuando todo va bien. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, nuestra fe se pone a prueba. En esos tiempos, nuestra fe se vuelve más valiosa que el oro mismo. Al demostrar nuestra fe en tiempos difíciles, traemos gloria y honra a nuestro Señor. Nuestra fe se convierte en testimonio vivo de la obra de Dios en nuestras vidas y una demostración de su fidelidad.
Cuando la Fe es probada y pasa la prueba, llega la respuesta, llega el premio, llega la promesa y entonces hay alabanza, gloria y honra para nuestro Dios por la victoria obtenida por la Fe que el mismo nos ha dado y nos da la fuerza para vencer cualquier obstáculo de la Vida.
-Que cada participante ponga al menos una petición y haga una declaración profética sobre su vida o la familia según lo sienta o necesite.
– Oración de cierre en base al tema (por el padre, madre o autoridad que guía el altar familiar)